Por Cataluña es una de las comunidades autónomas españolas que tiene una gran variedad de paisajes atractivos e interesantes. Cuando llegan las altas temperaturas, ¿qué mejor que disfrutar del sol y del agua que en la playa?
La Costa Brava, situada en la costa de Girona, tiene kilómetros de playas maravillosas, por su agua transparente y sus calas, algunas recónditas, para disfrutar del verano en buena compañía. Verás que ¡desearás volver una y otra vez!
Platja d’ Aro, es una playa muy estimada para los turistas y catalanes, por su ambiente relajado y familiar, ubicada al sureste de Girona, está muy bien comunicada, y a un paso de otras playas bien apreciadas, como S’Agaró y Sant Feliu de Guixols. Sus aguas mediterráneas tienen un encanto especial.
Palamós, una larga playa de la Costa Brava, y conocida como “villa marinera” por excelencia, cuenta con un largo paseo, que invita a admirar el horizonte desde sus múltiples glorietas. Situada al suroeste de Girona y al noreste de Barcelona, genera bellos sentimientos con sus vistas tan relajantes.
Lloret de Mar enamora: el entorno natural, con montes escarpados que se precipitan en el mar, y la arena dorada bañada con el color turquesa del agua, hacen que las playas sean tremendamente atractivas, como la de Fenals y la vecina Blanes, haciéndolas muy concurridas, como destino vacacional de numerosos turistas. Su largo paseo marítimo nos invita a disfrutar de la suave brisa marina. 
Roses, a menos de 30 km de la frontera francesa, se caracteriza por ser una de las playas más buscadas, con espacios de ocio maravillosos, y elegida por muchas familias por la variedad de deportes náuticos que posee. Su proximidad al Parc Natural dels Aiguamolls de l’Empordá, le añade una experiencia medioambiental de primer orden.
Cadaqués: sus playas son ¡una pasada! Tiene rincones de ensueño por descubrir, y disfrutar de su puerto natural, que cada año se convierte en el escenario inigualable del Festival Internacional de Habaneras. Se entiende perfectamente que esta población sedujera a muchas celebridades, entre las que destaca uno de los pintores más renombrados, Salvador Dalí, que fijó su residencia en la cala de Port Lligat. Mantiene un encanto especial, como un pueblo de pescadores, donde sus casas llegan a pie de mar, rodeado de calas y viñas. 
