Sintra es una ciudad del distrito de Lisboa, Portugal, que tiene espacios maravillosos. Desde sus excelentes vistas, hasta su gastronomía sana y estimada. Nos recuerda a nuestra infancia, evocando nuestros sueños de infancia, entre castillos y almenas que sugerían aventuras medievales. El fondo de aquellos cuentos que nos acompañaron a todos. Y es ahí donde nos sentimos identificados con este lugar, uno de los puntos más visitados durante el año por sus adoquinadas calles y su clima complaciente.

El Palacio Nacional da Pena, en Sintra, construido a principios del siglo XVI, es el motivo de visita de todos los turistas, por ser un edificio histórico y original en todas sus facetas. Sus colores llamativos, como el rojo y el amarillo, contrastan con el gris del granito, en una mezcla de estilos como el gótico y el barroco, que te traslada a otro mundo. Rebosa una ilusión y fantasía que encandila a simple vista.
¿No será muy caro? Portugal se caracteriza por ser un país asequible para la economía de una persona o de una familia numerosa. Disfrutar de estos bellos lugares al alcance económico de la mayoría, lo vuelve aún más atractivo y recurrente. Además, la gastronomía lusitana goza de gran prestigio.
Para vivir con mayor emoción lo que es caminar por Sintra, hemos dialogado con una chica brasileña, que residió en Portugal durante 8 años, nos recomienda este sitio que ha visitado con frecuencia y el país para vivir. Se trata de una joven con experiencia en viajes, Nubia Souza. Conozcamos juntos su punto de vista.
“Siempre escuche hablar muy bien de Portugal, de sus bellos castillos y que es un país que era muy receptivo. Me surgió la oportunidad de hacer prácticas allí, con niños y jóvenes con una misión, y viajé. Al llegar, observé que muchas cosas eran ciertas: tenía un buen clima, buena gastronomía, personas muy amables y accesibles, distancias cortas de norte a sur y, entre otras cuestiones, un país con un gobierno que ayuda a los jóvenes a prosperar”, expresó Nubia.
Las palabras de la joven brasileña son alentadoras y, sin duda, ha tenido una “linda experiencia” en nuestro país vecino. Hace unos años, se mudó a Barcelona, España, para continuar su labor misionera, pero siempre que puede regresa a Portugal para disfrutar de su naturaleza. “Conocer el palacio situado en Sintra, es un sueño hecho realidad. Vivía a 15 minutos de él, y todos los fines de semana lo visitaba. Parece mágico y transmite seguridad”, valoró Souza el encanto del Palacio da Pena.